Enamórate
de quien se enamore de tu libertad.
Enloquece
felizmente para que tu locura despierte sonrisas.
Y
ama para que tu libertad atraiga más locos enamorados del mundo.
Así
tu mente nunca se sentirá sola y tu cuerpo nunca será esclavo.
¡Mesero! Una cucharada más de amargura para mi café, por favor. Debo sacar del alma esta desolación inconclusa que se apiada a medias de mi desgracia. Intentaré cargar menos angustia en los bolsillos de mi desgastada camisa, porosa y ajada de tanto cubrir la piel de mi cuerpo marchitado y cansado.
Leves instrucciones para suicidarse. Antes de comenzar a detallar las instrucciones a seguir para suicidarse impondré unas cuant...
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