viernes, 29 de abril de 2016

Los cuervos yacen sobre su cuerpo: 

 Ahora, cuando no te tengo, los cuervos de tu recuerdo atacan mi mente. 
Pisotean mi rostro, pican mis ojos y roban mi sangre. 
 Pero sé que los cuervos en tu cabeza son más peligrosos que los míos Los cuervos de tu mente están llenos de soledad, y andan alimentados por el deseo. 
 Deseo de momentos, deseo de calor, deseo de excitación. 
Tus cuervos no pretenden extasiarte, ni acabar tu esencia en un momento de alocada pasión. 
Sólo quieren disfrutar de ti, de tu sudor, de tu desnudez, de tus excitados gemidos y de tus burdas y soeces palabras. 
 Ahora que lo pienso, tal vez tus cuervos no son más que mi mente acariciando tus pensamientos y que mi imaginación acariciando tu piel. 
Si sientes cosquillas en las noches, tal vez sólo sean los cuervos de mi deseo durmiendo en tu cuerpo. 
Si en las noches no puedes dormir, tal vez sean los cuervos de mi deseo acariciándote la piel. 

 Un Personaje -David A. Bermúdez.

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